Torrevieja es un municipio joven…
Su historia comienza en la vecina Torrelamata, gran productora de sal, donde llegaron familias italianas para trabajar en la pesca.
Tras la construcción de un acequión que comunicaba la laguna con el mar, Torrevieja pasó a ser puntera en la extracción de sal, pasando así a centralizar la localidad y la actividad económica de la zona. La población creció en torno a la Torre-Vigía (la Torre Vella del Cap Cerver), junto al litoral, con el fin de mantenerse a buen recaudo de atacas y piratería.
En 1830 toma el título de «villa», independizándose de Orihuela. La población había quedado destrozada por el terremoto sufrido un año antes. Los vecinos forjan una nueva ciudad según los planos del arquitecto Larramendi, quien traza las directrices actuales.
Torrevieja se define, en el siglo XIX, por la pesca y la navegación para la exportación del «oro blanco», la sal, que atrae a gente de todo lo mundo y la conecta con Cuba especialmente, unión de la que surgirán las habaneras, música popular torrevejense.
A mediados de 1960 comienza a interesar a los turistas y en la actualidad la zona ha experimentado un gran aumento de su población, tanto empadronada como no empadronada, debido a que se erigió en el territorio turístico de mayor incremento en construcción habitacional de todo el país; el hecho de que hoy día habiten los alrededores de la ciudad una población real que supera con creces la del censo oficial implica una de las causas de los problemas urbanísticos y sociales que aquejan en Torrevieja.
La población de derecho de Torrevieja, en el año 2008 según el INE, ascendía a 101.384 habitantes censados, aunque la estimación en la página web de la Policía Municipal hablaba de una media de 190.000 personas. En el año 2015 lo censo asciende a 99.555 habitantes
En los meses de verano la población supera cotas que rondan los 500.000 habitantes. Ello -por el trabajo hostelero y de servicios- incide directamente en el absentismo de los alumnos del Centro de Formación de Personas Adultas desde la Semana Santa en adelante, acrecentándose según se aproxima el período estival.
En los últimos tiempos cabe constatar una ralentización del crecimiento de la población inmigrante.
En definitiva, la base económica de la zona consiste en pequeñas y medianas empresas relacionadas con el subsector de la construcción, la hostelería y los servicios y el comercio, junto a las tradicionales actividades salinera y pesquera, actualmente en recesión.
La variedad y la diversidad son las notas fundamentales del entorno. Asistimos a un encuentro que aporta una gran riqueza cultural.