El viento de otoño nos trajo al aula de infantil de dos años de nuestro cole El Tossal, multitud de experiencias vivenciales que nos han permitido conocer muchas de las características de esta estación.
Aunque somos los más peques del colegio, seremos diminutos /as de tamaño pero somos grandes en cuanto a ganas. Esponjitas de vida, recién estrenados/as en nuestra escuela, seres llenos/as de energía e interés por conocer todo aquello que nos rodea y forma parte de nuestro entorno más cercano. Así somos en dos años.
Las seños, Ana y Susana, han creado otoñales ambientes que nos llamaban a explorar, descubrir y actuar sobre objetos y elementos de esta temporada. Este juego ha supuesto una actividad placentera que ha generado interesantes experiencias de aprendizaje. Esto es lo que en pedagogía se denomina “provocación”: Una invitación, una sugerencia, algo que despierta el interés por explorar, usar materiales y jugar. Es una incitación para que el niño/a juegue y utilice materiales según su curiosidad, su deseo, su motivación o sus ganas de descubrir”. Actividades abiertas y no dirigidas que tienen su origen en la teoría de las piezas sueltas que sostiene que para poder desarrollar el espíritu creativo, los niños/as deben disponer de un entorno con muchas variables y elementos sobre los que puedan actuar. Piezas sueltas porque solas no tienen una función concreta pero al juntarlas cobran sentido. Y de esta teoría surgieron las provocaciones de Reggio Emilia.
De esta forma, los alumnos/as de dos años nos hemos podido acercar, tocar, oler, probar, pensar qué usar primero, qué pasará si…, utilizar diferentes objetos a la vez, descubrir cómo suena cada uno, su peso, su color, en qué se parecen… Calabazas, nueces, castañas, bellotas, piñas, preciosas hojas de diferentes tamaños, formas y colores en tonos amarillo y marrón…
Además de estas experiencias, también hemos trasteado con plastilina, papelitos y pinturas: marrones, rojos, amarillos y naranjas han teñido nuestro día a día en el aula. También hemos debutado en el teatro con el cuento de “Corre corre calabaza”. El colofón final de este centro de interés fue la celebración junto a los amigos de infantil y aula abierta 1 de la fiesta del otoño, donde tuvimos la oportunidad de probar diferentes frutas (mandarinas, granadas, naranjas, uvas, manzanas, castañas y caquis), preparadas por nosotros/as y por las familias.
Ese mismo viento de otoño que entró por nuestra ventana, sopla ahora trayendo consigo olor a turrón, a familia y a emoción. La época más mágica y maravillosa del año, sin duda: la Navidad. ¿Y a quién no le gusta la Navidad? Creo que sólo al Grinch… Llenarse de purpurina, de ilusión, de ansia y de brillo. Poner un villancico, conocer a un duendecillo. Hacer polvorones y reírnos con cualquier chascarrillo…
Susana Paredes
Tutora infantil 2 años