Los terrarios son para las tortugas, los lagartos, los caracoles… en los terrarios se mantiene la temperatura constante, no llueve ni hace frio, no falta el agua ni la comida, las plantas son de plástico, todo es de goma, nada mancha… Sin embargo, en un terrario se ve todos los días lo mismo, y los animales que viven y crecen en un terrario, se mueren si los dejas en libertad porque no han aprendido nada y son incapaces de encontrar comida o de valerse por sí mismos. No se aprende mucho en un terrario.
Nuestro cole no es ni pretende ser un terrario y vamos a trabajar para que el nuevo centro tampoco lo sea.
En nuestro cole queremos que haya tierra, y barro cuando llueve, y que haya piedras y que aprendamos a no usarlas para hacer daño, y que haya abejas, y avispas, y saltamontes y mariquitas y gusanos… y que podamos aprender a tratarlos con respeto y a alejarnos y protegernos cuando tengamos que hacerlo. Queremos árboles y plantas variados y de verdad en los que podamos observar el paso del tiempo y de las estaciones.
La lluvia moja, la nieve enfría, el viento sopla y arrastra… los seres humanos aprendemos.
La vida está llena de días de lluvia y frio, de días de calor, de picaduras de insectos, de resfriados, de caídas y rasguños, de accidentes… pero también de momentos inolvidables como aquella vez que hacía sol y fuimos a comernos la mona y nos cayó la del pulpo y acabamos empapados hasta los calcetines.
¡Viva la vida!