¡Ya estamos de vuelta! Si no fuera por los restos de espumillón en el pasillo ni siquiera pensaríamos que hace solo una semana estábamos celebrando la Navidad, los Reyes y haciendo nuestros propósitos para el nuevo año.
Un año más, vuestros hijos e hijas inician la parte más emocionante del curso en la que aprenderán un montón de cosas nuevas: desde cómo hacer divisiones de dos cifras hasta cómo llevarse bien con ese compañero molesto, con esa profesora tan exigente o con esa amiga tan traviesa.
Pero para que todo esto sea posible, necesitamos dejarles espacio para crecer. Si les sobreprotegemos, les estamos privando de la oportunidad de aprender a enfrentarse a los retos de la vida.
Dejemos que enfrenten los problemas, que encuentren sus propias soluciones y que aprendan de sus experiencias. Sabemos que, como padres, vuestro instinto es protegerles, pero es importante que aprendan a resolver conflictos por sí mismos. Claro que podemos darles consejos, hablar sobre distintas soluciones (en la escuela incluso tenemos pósters con ideas para solucionar conflictos), pero no siempre debemos ser los primeros en intervenir y no es siempre buena idea darles la solución. Si les enseñamos a recurrir siempre a un adulto para solucionar sus problemas, no les ayudamos a prepararse para vivir en sociedad.
Así que, confiemos en ellos y ellas, démosles espacio para que aprendan a resolver sus propios problemas y crezcan como personas responsables y autónomas. Pueden dar ese paso con nuestro apoyo. ¡Feliz año nuevo!