Dí que te apetecía pasar un día en casa bajo el edredón viendo pelis y comiendo palomitas. Dí que te daba pereza, que no tenías que trabajar y querías aprovechar para estar con tus hijos. Dí que hace tiempo que os merecíais un ratito en familia. Dí que no ha sonado el despertador y que cuando os habéis levantado ya era demasiado tarde. Dí que no encontrabas el chubasquero, o las botas, o el paraguas… que no te arrancaba el coche, pero no digas que te daba miedo la lluvia, porque la lluvia va a caer muchas veces a lo largo de nuestras vidas y eso será muy buena señal. No digas miedo porque algún día tendrán que ir a trabajar, aunque llueva, y tendrán que prepararse el desayuno, y tendrán que coger el coche o ir caminando y llevar a sus hijos al colegio. No digas miedo porque el miedo paraliza, y no es un sentimiento que ayude a crecer.
La lluvia es buena. A veces llueve entre semana, a veces llueve un domingo. La próxima vez que llueva aprovecha para enseñarles a caminar bajo la lluvia, que, como decía Julio Iglesias, “si le da por llover, no te dé por correr, que mojarse es crecer y corriendo entre charcos, te puedes caer”.
¡Feliz día!