En nuestro Centro de Educación Especial Carmen Picó de Alzira, desde este curso estamos inmersos en el desarrollo del *PIIE (Proyecto de Innovación e inclusión Educativa) titulado ESCUELA POR TODO EL MUNDO, con un objetivo muy claro: hacer visible y promover la inclusión real del alumnado con diversidad funcional dentro del tejido educativo y social de nuestra ciudad.
Este proyecto que tiene una duración bienal pose en valor la necesidad que nuestros alumnos sean reconocidos como parte activa y valiosa de la comunidad de Alzira. Por eso, impulsamos acciones que fomentan la convivencia, el respeto mutuo y la colaboración entre los diferentes centros educativos de la localidad. Creemos que la inclusión empieza con la visibilización, y que esta solo es posible a través de la experiencia compartida.
Uno de los pilares de este *PIIE es la reanudación y revitalización de nuestro huerto escolar. Este espacio verde se convierte en un punto de encuentro y aprendizaje donde el alumnado del CEE Carmen Picó comparte *activiatats y talleres con alumnos otras escuelas ordinarias de Alzira. Juntos siembran, y transforman el huerto en un proyecto vivo que crece con cada actividad y con cada nueva relación que nace.
Una de las primeras iniciativas ha sido la creación de *maseters reciclados. Los centros ordinarios han decorado garrafas de agua ,que desde Carmen Picó los hemos facilitado, reconvirtiéndolas en preciosos *testos llenos de color y creatividad. Estos *maseters *están sirviendo para sembrar bonitas plantas y *decorarar nuestro huerto, aportándole vida y alegría.
Además, hemos querido hacer partícipes también a las familias de nuestro alumnado, que han colaborado activamente en esta aventura. Este año hemos empezado con el alumnado de la etapa de Basal ,de la etapa de primaria y parte de la Secundaria. Cada uno de nuestros niños y niñas se ha llevado en casa un bote de lata, que han decorado con la ayuda de sus familiares. El resultado: unos *maseters alegres, personalizados y plenos de afecto, que ahora forman parte de nuestro huerto y de nuestro proyecto común. Esta actividad ha sido una manera preciosa de fortalecer los vínculos entre escuela y familia, y de recordar que, cuando educamos juntos, todo florece mejor.
Este trabajo conjunto no solo favorece el aprendizaje competencial y el respeto por el medio ambiente, sino que rompe barreras, deshace prejuicios y crea vínculos reales entre alumnos con diferentes capacidades. Haciendo así una comunidad diversa, inclusiva y llena de vida.
Con este proyecto, nuestra escuela reafirma su compromiso con una educación transformadora, donde cada alumno, sea qué sea su punto de partida, tenga su lugar y su voz.

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