Las personas voluntarias

Dejarse inspirar por los principios del aprendizaje dialógico supone abrir las puertas de la escuela para que los agentes sociales del entorno, las personas voluntarias, la mayoría familiares, traspasen el umbral del centro.

La participación voluntaria nace de la confianza que el profesorado pone en quienes dan el paso de venir a la escuela a dinamizar los grupos interactivos y, del deseo de los voluntarios de sentirse más útiles y de compartir el aprendizaje con el alumnado.

De esta forma toman partido por el aprendizaje de los niños y niñas y se comprometen activamente por su desarrollo integral a fin de que todas las personas aprendamos más y que nadie quede excluida de la sociedad de la información.

Con este objetivo en el curso 2012-2013 se organiza el primer grupo de formación compuesto por familiares y alumnado de prácticas dispuestos a colaborar en los grupos interactivos.

Cuando emprendimos este proyecto sabíamos que lo que no hiciéramos entre todos y todas no sería un camino hacia el éxito educativo. Poner en marcha los grupos interactivos, adentrarse en el mundo de las tertulias dialógicas, avanzar hacia la comprensión de que las familias de nuestro alumnado son fundamentales para que éste tenga éxito en la escuela, exige brindar oportunidades a que padres, madres, maestros jubilados, alumnado en prácticas, ex alumnos, vecinos del barrio… compartan con nuestros alumnos y alumnas tiempo y espacio, dentro de la escuela.

En torno a 60 personas acuden asiduamente a las aulas de nuestro centro. La excitación y el nerviosismo que acompañaba su presencia las primeras veces han dejado paso a una tranquilidad en el profesorado y a una complicidad patente entre alumnado y voluntariado.

Las aulas de Educación Primaria reciben periódicamente visitas de personas voluntarias para realizar grupos interactivos de lengua, matemáticas, tutores lectores y educación física.

Las personas voluntarias aportan frescura, no importa la edad que tengan ni el parentesco. Su presencia anima las sesiones con sus interacciones en el centro.

El voluntariado se hace consciente de las dificultades que entraña el acompañamiento diario de nuestros alumnos y alumnas por parte del profesorado.Así es como la labor docente se hace más comprensible y, en consecuencia el respeto del maestro y la maestra crece.

Nos convertimos en personas que mostramos cómo hacemos nuestro trabajo, quitamos el velo a una ocupación que permanecía oculta tras la puerta cerrada del aula y, a la vez, damos la autoridad a quien participa dinamizando los grupos interactivos. Lo cual tiene un gran impacto en el alumnado y en la propia persona que se presta desinteresadamente a ayudarles.

 

El voluntariado del CEIP Sant Vicent Ferrer ya no son sujetos ajenos a nuestro alumnado sino personas próximas, con nombre y apellidos, a quienes saludan y por quienes son saludados cuando se encuentran en la tienda o se cruzan en el parque.

Avís de privacitat: Ús de cookies pròpies per a anàlisis de visites

Este lloc web utilitza cookies pròpies amb l'únic propòsit d'analitzar el trànsit i millorar l'experiència de l'usuari. Les cookies són xicotets arxius de text que s'emmagatzemen en el teu dispositiu quan visites el nostre lloc. No compartim esta informació amb tercers ni la utilitzem per a fins publicitaris.

Veure política de cookies