Este curso nos hemos dedicado a un macroproyecto anual titulado “NUESTRO PUEBLO: FINESTRAT”, que nos ha permitido sentirnos ciudadanas y ciudadanos de pleno derecho.
Empezamos haciendo numerosas salidas, la mayoría en pequeño grupo, para poder hablar y escucharnos mejor.
A lo largo del curso, hemos visitado las casas de algunos compañeros y compañeras. Así como los trabajos de algunos padres y madres, comprobando qué hacen y dónde están cuando nosotros nos quedamos en la escuela. Hemos visitado comercios y establecimientos y hemos visto qué se vendía o qué actividad se realizaba allí. Y también, lugares emblemáticos: la ermita, el auditorio, el museo, el parque de la mano, la casa de cultura, el ayuntamiento, la oficina de correos, la biblioteca (donde hicimos el carnet y su primer préstamo), el polideportivo (donde cada uno-a plantó un árbol), el mercado (donde compramos frutas de temporada), el colegio Balcón de Finestrat (donde tuvimos una estupenda jornada de convivencia con las niñas-os de infantil de ese cole). Además hemos salido fuera, a los alrededores, al campo y a la acequia.
“LA ACEQUIA” se convirtió en un gran proyecto para nosotras-os, pues nos proporcionó grandes experiencias e investigaciones:
1- El agua y sus características, empezamos investigando el color del agua, y después todas sus características, incluso su estado sólido, el hielo.
2- De dónde viene y a dónde va el agua de la acequia
3- Construcción de una acequia. Fuimos probando a hacer acequias con diferentes materiales: plastilina, arcilla, cartón, tetrabriks. Este último material nos permitió hacer una acequia que cumplía su función, por lo que empezamos a utilizarla para regar nuestro huerto, e incluso, llenar “depósitos” de agua para jugar.
El otro gran proyecto del curso, que tiene el nombre de “FLORES Y RESCATE ANIMAL”, empezó con la visita al museo de Finestrat para ver una exposición de fotos de flores. Después, plantamos una variedad de bulbos que nos proporcionaron unas flores preciosas. Éstas, nos sirvieron de modelo e inspiración para pintar unos bonitos cuadros. Luego, decidimos enviar por correo dichos cuadros a la Federación de caza para sugerir a los cazadores que decoraran sus casas con nuestras pinturas, en vez de poner cabezas de ciervos, como habían visto en un libro titulado “Rescate Animal”.