¿Cómo evaluamos las propuestas?

La evaluación es uno de los momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje que más se ve afectado por las falsas creencias y los mitos que existen sobre las enseñanzas artísticas. Hay dos falsas creencias que resumen esta problemática (Morales, 2001):

1. La creación artística es cosa de genios, y por lo tanto su aprendizaje nunca satisface nuestras expectativas.
2. Al pertenecer la creación artística al ámbito de lo subjetivo es difícil de objetivar en contenidos u objetivos específicos.

Por lo tanto, debemos partir de que hacemos propuestas de aula con unos objetivos prefijados que anulan el factor subjetivo, ya que este va unido a experiencias previas ya condicionadas de todo tipo (culturales, emocionales...) y por lo tanto nos impide mejorar el aprendizaje del alumnado, que es uno de los objetivos de cualquier proceso de evaluación.

En cuanto a las evidencias de aprendizaje, hay varios sistemas, pero para estos Recursos de andar por casa, desarrollados en el contexto de la enseñanza a distancia, proponemos un registro de control basado en el Portafolios, a modo de "Libro de artista", una especie de diario que funciona como un cuaderno de bitácora de cada proyecto y de todas sus fases:

El portafolios se puede conceptualizar como un contenedor que abarca los registros de la actividad de aprendizaje. Para Gardner (1994) el portafolios consiste en algo más que una recopilación de documentos y un registro de actividades, es el instrumento que posibilita la apreciación de las diferentes relaciones de aprendizaje, comprobar el grado de satisfacción de las expectativas o los errores conceptuales que se dan en el Proceso de formación (Morales, 2001).

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