El otoño no es solo una estación del año, en Educación Infantil, es una oportunidad gigante para tocar, oler, sentir y crear. Hace unas semanas, nuestros alumnos y alumnas de 5 años disfrutaron de una sesión muy especial en la Sala Relacional, transformada para la ocasión en un auténtico bosque otoñal lleno de sorpresas.
El objetivo principal no era otro que la experimentación libre, permitiendo que la curiosidad natural de los niños y de las niñas guiase su aprendizaje. En ella encontramos frutas como naranjas, limones o pomelos; frutos secos como almendras, bellotas o castañas; arcilla para manipular y crear; y elementos naturales como las hojas secas o los palos.
No quiero cerrar esta entrada sin dedicar un espacio especial a las familias. Gracias de corazón por vuestra implicación. Esa bolsa de hojas recogida en el parque, esas naranjas o nueces que habéis traído al cole… cada pequeña aportación ha sido indispensable para montar este escenario de aprendizaje. Cuando familia y escuela reman en la misma dirección, las experiencias del alumnado se multiplican.
¡Seguimos disfrutando!


