Los alimentos tienen una manera extraordinaria de unir a las personas. Con ingredientes como pan, diferentes quesos, y una variedad de salsas (algunas muy picantes) y verduras frescas dispuestas ante ellxs, nuestrxs estudiantes estaban preparadxs para sumergirse en la experiencia de hacer sándwiches que nos preparó nuestra gran asistente lingüística, Mar. La tarea era sencilla: cada estudiante sería responsable de crear un sándwich personalizado para unx compañerx de clase que le daría las instrucciones en inglés.
A medida que los estudiantes probaban las creaciones de sus compañerxs, el aula se llenaba de conversaciones y exclamaciones de deleite. Fue una vista hermosa ver la alegría en sus rostros mientras saboreaban los sabores y compartían sus impresiones sobre las combinaciones únicas que habían experimentado.
Esta sencilla actividad de hacer sándwiches fue más allá del placer de una comida deliciosa. Enseñó a nuestrxs estudiantes habilidades para la vida, como la comunicación efectiva, la escucha activa y la importancia de tener en cuenta las preferencias y necesidades dietéticas de los demás. También aprendieron a apreciar y abrazar la diversidad en gustos y sabores, abriendo sus mentes a nuevas posibilidades culinarias. Además, esta actividad fomentó un sentido de comunidad dentro del aula. Trabajando juntxs y compartiendo una comida, los estudiantes crearon conexiones, fortalecieron amistades y aprendieron el poder de la colaboración y el apoyo mutuo.
La experiencia de hacer sándwiches entre ellos unió más a nuestros estudiantes y creó una experiencia de aprendizaje memorable y agradable. Al reflexionar sobre esta lección, se hizo evidente que a veces las actividades más simples pueden tener lecciones profundas y dejar impresiones duraderas. Así que recordemos abrazar estas oportunidades, tanto dentro como fuera del aula, donde nos esperan el aprendizaje, la amistad y deliciosos sándwiches.
¡Buen provecho!
